Oficial puertorriqueño entabla demanda contra la ciudad de Atlanta

Poseer una placa y un arma no ha sido suficiente para evitar ser víctima de discriminación, asegura un policía.

Un policía hispano de la ciudad de Atlanta asegura que tiene razones de sobra para creer que ha sido discriminado por su raza en su lugar de trabajo.

José Vélez es un puertorriqueño retirado de la policía de Nueva York, donde trabajó más de tres décadas como detective.

En 2007 se mudó a Georgia y decidió probar suerte en algún cuerpo de policía local, pues quiso seguir sacándole provecho a su experiencia como investigador.

En julio de ese año fue contratado por la ciudad de Atlanta, que lo asignó como agente de la Code Enforcement, una unidad especial con atribuciones similares a la policía que vela especialmente por el cumplimiento de las ordenanzas estatales.

Vélez dijo que eso no era lo que él quería, pero que no tuvo problemas de empezar de cero otra vez y aceptó la posición, aunque tenía la esperanza de ascender pronto.

Documentos oficiales en poder de Vélez muestran las innumerables veces que aplicó para ser investigador, desde el año posterior que comenzó a laborar con el gobierno de Atlanta. Fueron 64 ocasiones en total.

Ninguna de sus solicitudes prosperó. Algunas quedaron estancadas en el punto de “bajo revisión”, mientras que en otras le notificaron que no “estaba calificado” para el puesto que solicitaba, según los expedientes.

Vélez declaró a MundoHispánico que, sin embargo, otros oficiales afroamericanos sí eran ascendidos a pesar de tener menos tiempo y experiencia que él.

El puertorriqueño también contó que solicitó un par de veces aumentos salariales y que tampoco fue escuchado. No obstante, hasta ese momento todo marchaba bien, según su testimonio.

Pero un día se quejó con su supervisor inmediato ante tanto rechazo y fue cuando comenzaron sus problemas, señaló Vélez.

Aseguró que su jefe comenzó a hacerle la vida imposible, hasta que un día lo insultó con frases racistas.

“Me dijo que era un hispanoparlante come…”, declaró el agente. De acuerdo con su versión, gracias a que esos insultos los dijo ante varios testigos, su superior fue destituido el mismo día.

La salida del comandante, en lugar de serle favorable, le perjudicó, reconoció Gina Pagnotta, presidenta de la Unión de Trabajadores de Atlanta y quien además es empleada de esa ciudad desde hace más de 12 años.

“Muchos la agarraron en contra de él y eso fue un obstáculo para que hasta el día de hoy no haya sido considerado para ningún ascenso”, indicó Pagnotta.

También blancos y judíos

Pero Pagnotta comentó que Velez no es el único que ha sido discriminado en Atlanta por su color de piel. Afirma que tienen indicios de que otros oficiales blancos y judíos que también están en la misma unidad han sido tratados de manera distinta.

Pero este año Pagnotta decidió no seguir permitiendo este tipo de discriminación étnica. El sindicato que preside está respaldando a Velez y a dos agentes blancos, cuyas identidades no fueron reveladas, en una demanda contra la ciudad.

El único que no teme dar su nombre por el momento es Vélez, pues está dispuesto a no volver más a su trabajo. Actualmente, el puertorriqueño no se presenta a trabajar, pero está recibiendo salario. Ya lleva varias semanas así desde que interpuso la querella.

“Ahí pasan una serie de abusos”, aseveró Vélez. “Solo los afroamericanos cuentan y nadie más”.

Vélez declaró que está dispuesto a dejar el puesto, pero antes quiere que se haga justicia y que en adelante no se discrimine a nadie más.

“No pueden seguirlo viendo así de mal a uno porque nos arriesgamos igual”, reprochó en tono molesto justo antes de contar que en el pasado resultó herido durante su labor al ser atacado por un grupo de delincuentes.

En la demanda contra la 
ciudad de Atlanta, interpuesta el 
16 de agosto pasado, se alega que, como producto de tanto “racismo” en su contra, Vélez está mal emocionalmente.